En la pulseada por el consenso fiscal que pretende hacer firmar a todos los intendentes, el Gobierno provincial menea un elemento de seducción que comienza a esmerilar la resistencia de los que hasta ahora se mantienen en la negativa. A cambio de que acepten que se les descuente de la coparticipación el monto de la energía, la EC SAPEM quedaría habilitada para cobrarle a los particulares las tasas municipales junto con la tarifa de la luz, en la misma boleta. Todos los intendentes tienen establecidas tasas en sus comunas, pero también severos problemas para recaudarlas. La gente simplemente no las paga y el municipio carece de recursos administrativos para obligarla. Con el diseño propuesto por el Gobierno, los contribuyentes deberían pagar junto con la energía porque, de lo contrario, les cortarían la luz. Los jefes comunales hicieron cálculos rápidos. En muchos casos, lo que les recaudaría la EC SAPEM por las tasas sería equivalente a lo que gastan de luz. En otros, superior; en los peores casos, ligeramente inferior. 18 de los 36 intendentes catamarqueños ya aceptaron la idea. Varios ven la posibilidad de incrementar la recaudación propia sin esfuerzo. No sería extraño que, asegurado a través de la amenaza del corte de luz el cobro con gastos administrativos nulos para las arcas municipales, las tasas se eleven o se creen otras nuevas.
Pero el consenso fiscal con los municipios tiene que ser aprobado por la Legislatura y, si es el caso, por los respectivos concejos deliberantes. En esos debates seguramente surgirán obstáculos operativos. La EC SAPEM sostiene que no tendría mayores inconvenientes en hacerse cargo de cobrar. Para la firma representa una solución, pues se garantiza el pago de la tarifa por parte de los municipios. Como se informó en la edición de ayer, la deuda por energía de las comunas catamarqueñas supera los 58 millones de pesos. Sin embargo, el problema es de otra naturaleza. Es discutible que los contribuyentes municipales puedan ser obligados a pagar las tasas del modo propuesto en el pacto, que linda con el chantaje: si no paga, le cortan la luz. Aparte, la energía es un servicio con precio regulado y consumo perfectamente medido, cosa que no ocurre con las tasas municipales, cuyos montos y alcances dependen del arbitrio de las autoridades municipales.
Los contribuyentes quedarían en un virtual estado de indefensión frente a eventuales abusos de las administraciones municipales y la EC SAPEM, que debería atenerse a los padrones de contribuyentes y montos proporcionados por los intendentes, quedaría involucrada en eventuales litigios por cobros indebidos. Las proyecciones polémicas del sistema en ciernes son muchas y ya se sabe: si algo puede ser discutido, será discutido. Los abogados no pierden tiempo y estarán a la pesca de controversias, si es que no toman la delantera y se dedican a alentarlas. Para los intendentes, los responsables del problema debido a su carácter de morosos, es un negocio redondo desde el punto de vista económico: recaudación a costo cero. Sin embargo, no está clara la regularidad jurídica de cobrar a través de un mismo instrumento conceptos que son de naturaleza diferente. Como se señaló, la mecánica está al límite de la extorsión. No quiere decir que sea impracticable, pero su instrumentación demandará un análisis más profundo.
El Ancasti
