En 2002 se realizó la última práctica de tiro con armas 9 mm y cortas en el polígono del ex Regimiento.
Para mí es lamentable escuchar que un personal policial no tiene los conocimientos necesarios para desempeñarse con un arma de fuego. Pone de manifiesto que existe una falta de compromiso total de ese personal para con la función que desempeña”, había expresado el jefe de la Policía, Orlando Quevedo, en el transcurso de la semana. Al mismo tiempo, aseguró que periódicamente se dictan cursos de capacitación, tanto obligatorios como optativos, para el personal policial.
Sin embargo, desde dentro de la fuerza policial se advirtió que los cursos suelen ser mayoritariamente teóricos y con muy poca práctica. Fuentes consultadas por El Ancasti indicaron que los cursos obligatorios de ascenso deberían ser teóricos en un 10 % y prácticos en un 90 %. Con el correr de los años, la calidad de la formación del personal policial viene en caída libre.
Según se explicó, en 2002 se realizó la última práctica de tiro. La actividad fue organizada por el entonces subsecretario de Seguridad Rafael Casaux en el polígono de tiro que funcionaba en el ex Regimiento. En esa oportunidad, los efectivos policiales debían realizar 10 tiros con armas 9 mm y cortas. La Provincia había provisto las municiones. Hoy los cadetes deben comprar la carga para las armas 9 mm. “Realizan la práctica ‘en seco’ pero no disparan”, se aseguró. Es decir, toman un arma larga para saber el nombre de las partes que la componen, desarmarla y limpiarla pero casi no efectúan disparos.
Hasta 2010, los cursos eran obligatorios pero se eliminaron. En la Escuela de Suboficiales se dictaban 14 cursos anuales. Se explicó que se enseñan sobre 12 tipos de escopetas pero solo en la teoría. En los cursos de ascenso –que son obligatorios- no se hace práctica de tiro con escopeta.
“Los cursos de ascenso son teóricos pero no prácticos. Cada uno hace lo que puede. La capacitación debe ser obligatoria. No todos dedican tiempo y dinero”, se aseguró.
En este sentido, el personal que desea capacitarse y especializarse debe pagar de su bolsillo. Un curso de dos días puede tener un valor de $1.500 pero la cursada suele realizarse en lugares como Córdoba, Rosario o Buenos Aires. Al gasto del curso se suma el de pasajes y estadía.
Los cursos optativos que se dictan en Catamarca suelen tener valores rebajados, a $300, con la finalidad de que todos puedan participar y perfeccionarse. “Queda a criterio de cada uno”, se indicó. Prueba de ello, en las planillas figuran los mismos de siempre. “Les decimos ‘los cursantes’”, se comentó.
En el contexto de la capacitación, al margen del conocimiento teórico, también es importante la cantidad de horas de tiro, los exámenes y el puntaje para aprobar. Sin embargo, el nivel de exigencia habría bajado. Se recordó que hace unos años, los cadetes no aprobaban y hubo un cambio de personal. Luego, todos salieron aprobados. A la vez, se advirtió que hay diferencias entre la Escuela de Cadetes y la Escuela de Suboficiales para la formación de policías.
No obstante, se remarcó que la cantidad de horas de tiro no debería tener un techo, dado que el perfeccionamiento debe ser constante. Actualmente no se realizan prácticas de tiro con armas largas.
Las últimas capacitaciones institucionales se efectuaron en 2013 en Pomán, Belén y el Servicio Penitenciario; y en Tinogasta en 2015.
Lo mínimo
La semana pasada se inició un debate por “homicidio calificado por ser integrante de una fuerza de seguridad” en el que está imputado un agente de la policía. Sus ex compañeros habían declarado que recibieron instrucción básica, de meses, sobre cómo usar armas largas. Esa instrucción fue durante los últimos meses de su formación como suboficiales. “En nueve meses nunca hubo un curso y no sabía del estado del arma”, había declarado el acusado. Dada la poca capacitación sobre uso de armas largas, el imputado había manifestado que no quería usar un arma.
El Ancasti
